El último de los elementos básicos de una historia es el espacio en el que se desarrolla. Una pregunta muy importante al empezar el proceso creativo es:
¿Son los personajes los que condicionan el lugar o, al contrario, es la naturaleza de la atmósfera que los rodea lo que condiciona a los personajes?
Los autores deterministas como Emile Zolá dirían que solo esta última afirmación es cierta. Mientras que para los poetas románticos el espacio no es más que un reflejo del estado mental o emocional de su héroe.
Sin embargo, como creador de tu historia, tú eres la única persona que puede decidir la influencia que el espacio tiene en tu novela y tus personajes.
¿Será una ciudad dormida como Vetusta o una mansión encantada como Thornfield?
Una vez contestada esta pregunta, en este módulo trabajaremos la creación de atmósferas a través de los detalles y el juego sensorial. Cuanto más pueda sentir el lector, más envolvente será el espacio en el que se desarrolla la historia.