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El poema Me gustan los silencios

Me gustan tus silencios
repletos de ternura.
Me gusta ver tus ojos,
como en ausente mirada,
amando con locura.
Me gusta ver tus labios
exentos de palabras,
sabiendo que tus ojos
están iluminando
rincones de mi alma.

Escucho claramente
el diálogo interior
de dos almas que se buscan,
de mi Ser en paz, en calma,
y el sol de tu corazón,
que a través de su silencio,
me sigue pidiendo a gritos
que le envuelva con mi amor,
que le diga a cada instante
esas frases en silencio
que siente a su alrededor,
que cuando le tengo cerca
y las pienso con fervor
se vuelve rápidamente
como si oyese mi voz.
Me gustan esos silencios...
Me gustan esas miradas...

Me gusta ver siempre juntos
tu pensamiento y mi alma,
el sol y el amanecer,
la luna y el mar en calma
y de nuevo una vez más...
tu pensamiento y mi alma,
paseando por la Vida
con todos nuestros tesoros
con toda nuestra energía,
sin temores, sin rupturas,
formando un Ser de Luz
de nuestras dos estructuras.

Es tan fuerte mi deseo,
mi mente, mi voluntad,
que será cuestión de tiempo,
te lo puedo asegurar,
y cuando sea el momento,
así es, y así será.