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El poema El cristal
Al igual que el cristal
mi alma recogió las vibraciones del amor.
Siendo piedra preciosa
¿por qué fuiste maltratada?
A pesar de tus destellos
de tu luz, de tu esplendor
¿para quién fuiste tallada
si su cincel fue dolor?
¿Por qué pagué dicho precio
si siempre devolví amor?
¿Cuál fue mi deuda pendiente
a cambio de tanto amar?
¡Si yo tan sólo quería
unas pizcas de ternura
y el apoyo de un amigo
para poder caminar!
Pero tal vez quien tallaba
en su talla quiso hablar,
plasmando en cada punta
su pureza, su verdad,
la dureza y lo sutil
del brillante y del cristal.
Es posible que esta alquimia
todo pueda transformar
y siga siendo mi alma
la vibración del cristal,
piedra de los mil colores
que no cesa de brillar,
drusa que absorbe y que da
calor, amor y energía.
Quiera Dios que en esta vida
pueda seguir repartiendo
salud, amor y alegría.