devoradora de historias.
Desde que puedo recordar he vivido pegada a un libro, raro era el día que no
sintiese su peso en mi espalda. Me enamoré de mundos llenos de fantasía, de la
belleza que emanaba de las metáforas bien construidas y de la magia que solo
existen en un escenario.
Creía que podría conformarme con vivir en las historias que leía, pero una
tarde comencé a escribir y mi visión se transformó por completo cuando comprendí
que quería crear universos que sirvieran de refugio para los lectores que quieren
alejarse del mundo.
Siempre supe que mi camino estaba ligado a la literatura y gracias a mi amor
por la docencia he podido compartir mis conocimientos con aquellos que quieren
escuchar.
Mi propósito es dar voz a las personas que tienen algo que contar al mundo.