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El poema María la de Magdala
A ti, mi Amado, busqué
por los jardines del alma,
entre montes y collados
siempre te sentí y hallé.
El horizonte me hablaba
y el viento me respondía
“No llores más rosa amada,
bella rosa de Sión,
que en tu sangre va mi vida.
Eterno soy siempre en ti,
bendita seas mujer,
María la bien amada,
bendito sea tu Ser
María la de Magdala.”